El personal de hostelería suele estar denostado por la visión general o el cliché de poca profesionalidad en el sector.
Hay algo de cierto en esto. El sector servicios es uno de los motores de nuestra economía. Pero esto tiene dos caras. Por una parte se necesita de muchos trabajadores para cubrir las necesidades o la demanda del sector, pero por otra, no existen suficientes profesionales formados en nuestro sistema educativo reglado.
Actualmente se imparte, en la Formación Profesional, el grado medio de Técnico en Servicios en Restauración y el grado superior de Técnico Superior en Dirección de Servicios en Restauración.
En el primer caso con el objetivo de formar a jefes de rango o camareros, barmans, baristas, jefes de sala o maîtres, jefes de economato y sumilleres o sommeliers. En el segundo se pretende formar a directores de establecimientos de restauración, jefes de alimentos y bebidas (A+B, B&F), directores de caterings, etc.
El número de alumnos que salen de las aulas cada curso es insuficiente para satisfacer tantos puestos de trabajo. Este hecho hace que se contrate a trabajadores derivados de otros empleos u oficios.
Dicho esto, la gente suele pensar que para trabajar en la restauración o en la hostelería vale cualquiera. Nada más lejos de la realidad.
En el tema uno de cualquier módulo (asignatura) de las titulaciones de hostelería se habla de las actitudes y aptitudes necesarias de un profesional que se dedica al servicio.
De entre las actitudes podemos citar algunas como dedicación, puntualidad, amabilidad, capacidad de sacrificio, franqueza, simpatía, higiene personal, elegancia, sentido del orden, corrección postural y correcto lenguaje corporal. De entre las aptitudes se puede hablar de salud, fuerza mental y física, corrección en el lenguaje, buen nivel cultural, conocimiento de idiomas, buena memoria e inteligencia emocional y destreza.
Hay un rasgo del perfil del buen profesional de hostelería que suele aparecer en los manuales y que se define por sí misma. Es, si cabe el más importante. Se trata de tener amor a la profesión.
Ahora decidme si cualquiera vale para esta profesión.
por Raúl Acebrón.
Deja una respuesta