Todo empezó en 1971 en Seattle (EEUU) cuando tres amigos abrieron un local llamado “Starbucks” para vender granos de café tostados.
Todo siguió su marcha hasta que un día apareció un señor llamado Howard Schultz, gerente de venta de Hammarplast, una empresa de electrodomésticos. Contactó con ellos porque se dio cuenta de que estos tres amigos habían multiplicado sus ventas en cafeteras exponencialmente.
Schultz viajó a Seattle y quedó prendado de la pasión de tres amigos que habían iniciado una pequeña empresa. Se incorporó a Starbcuks como gerente de marketing.
Poco a poco se expandieron por el estado.
Schultz viajó a Italia para estudiar las cafeterías de las que tanto les habían hablado. Quedó enamorado de la efervescencia de esos locales donde había personas que mantenían largas conversaciones, leían, descansaban, etc.
Howard regresó de Italia con la idea muy clara de trasladar el concepto de los cafés italianos a los Estados Unidos.
A los otros socios no les gustó la idea de convertir Starbucks en una cafetería. No quedaron de acuerdo y se marchó para implantar la idea. No le fue mal. Pero cuando tuvo la oportunidad de comprar Starbucks, no lo dudó. Así, finalmente convirtió la compañía en lo que es hoy en día.
Actualmente cuenta con 13.000 locales en todo el mundo, 145.000 empleados y facturó unos 7.700 millones de dólares en 2010.
por Raúl Acebrón.
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