Espectacular oasis idílico en Catarroja. Consigue estirar los límites de la normalidad en la oferta gastronómica pero sin perder la cordialidad. Por cierto, algo muy difícil de conseguir en estos momentos.

   Mireia y Carlos hacen un trabajo magnífico que emociona, tal vez sea por mis recuerdos de mis inicios en la restauración junto a Carlos.

   El trabajo y esfuerzo que hay detrás de un negocio como el de ellos es titánico. Pero sus platos y su atención en sala por parte de Mireia hace pensar que sea fácil.

   Dejaos recomendar por ellos, seguro que os gustará.

por Raúl Acebrón.