Situado en la calle Serrano de Madrid. Es el restaurante prêt-à-porter de David Muñoz.
Es atrevido, rápido, mordaz y ruidoso. De servicio cuidadosamente descuidado.
Servicio atento aunque, llámeme tradicional, no es profesional ni a la altura del precio. A peser de ello reconozco que es algo diferente que debe probarse.
Explosión de combinación de sabores inverosímiles.
Recomiendo el coctel de jengibre.
Gran experiencia.
por Raúl Acebrón.
Deja una respuesta